Todos los beneficios de la castración química sin cirugía
Desde hace un tiempo existe un implante subcutáneo para la castración química en el perro y gato. El veterinario lo aplica como un microchip: no requiere cirugía ni anestesia, tan solo un pinchazo. El efecto que causa sobre el perro es el mismo que la castración. A las 6 semanas de su administración (al igual que ocurriría con la castración quirúrgica) el perro ya es completamente infértil y el efecto se mantiene durante un mínimo de 6 meses. A los 6 meses, el implante se ha reabsorbido por sí solo: su acción es completamente reversible.
Cada 6 meses tú decides si continúas o interrumpes el tratamiento:
Si quieres seguir manteniendo a tu perro infértil pide a tu veterinario que le coloque un nuevo implante cada 6 meses. Con el segundo y sucesivos implantes ya no tendrás que esperar 6 semanas para que haga efecto, el perro será infértil de forma continua.
Si por el contrario quieres que tu mascota recupere su capacidad reproductiva, es tan sencillo como no colocar un nuevo implante a los 6 meses. El perro podrá volver a reproducirse en el plazo aproximado de 2 a 4 meses más.
Depende de la raza y la ascendencia; las razas más pequeñas alcanzan la madurez sexual antes.
Las primeras eyaculaciones no ocurren antes de los 7 a 10 meses, y el semen contiene pocos espermatozoides inmaduros y muchas formas anómalas.
La facultad de reproducirse empieza entre los 8 (razas pequeñas) y 15 meses (razas grandes).
La infertilidad se define como la incapacidad de generar descendencia.
La infertilidad se obtiene cuando la testosterona sanguínea (testosteronemia) baja por debajo de 0,1 ng/mL (nivel reconocido internacionalmente). Va asociada a ausencia de espermatozoides en el eyaculado.
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