Fugas

Un perro puede fugarse porque ha detectado una perra en celo, para ampliar su territorio, para cazar, para buscar comida, para buscar congéneres, para jugar, por aburrimiento...

Algunas razas tienen un mayor riesgo de fuga, sobre todo los perros de caza que se fugan para seguir una pista o perseguir una presa.

La prevención de la fuga necesita de medidas físicas (territorio bien delimitado con barreras, alambradas…) y de medidas educativas y, sobre todo, que el perro responda a la llamada y tener un perfecto control sobre el animal. Naturalmente, la identificación (obligatoria) es una garantía de seguridad ya que nos permite encontrar al animal perdido.

Para evitar que tu perro responda a las motivaciones del exterior, tiene que encontrar algo con lo que entretenerse en su entorno. Los medios paliativos para evitar el aburrimiento (salidas suficientes, juguetes, actividades deportivas...) serán de gran ayuda. En algunos casos, la fuga puede estar relacionada con la testosterona. Existe una prueba de inhibición de la testosterona que imita los efectos de la castración quirúrgica.

En función de los casos, la castración definitiva o temporal podrá ser la solución adecuada para los machos que se fugan en busca de perras en celo. Un perro macho puede sentirse atraído, a veces desde grandes distancias, por una hembra en celo cuyo olor haya percibido. Ante un comportamiento de fuga repetido, lo primero es encontrar la causa y después, hablarlo con el veterinario.