Lluvias y frío, la gripe equina reaparece en escena

Altamente contagiosa

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La gripe equina o influenza equina, es una enfermedad respiratoria infecciosa muy contagiosa que afecta a caballos, asnos, mulos y otros équidos y que, aunque el porcentaje de muertes que provoca es muy reducido, no debemos confiarnos, puesto que los efectos que causa a nuestros caballos y las actividades relacionadas con estos son muy significativos.

Destaca la altísima capacidad de contagio, no en vano, en poblaciones que no han sido vacunadas, la morbilidad  o cantidad de equinos que pueden contagiarse es del 100%. A pesar de esta capacidad de contagio entre equinos, debéis saber que, por el momento, no plantea ningún riesgo para la salud pública. Además, personas que han estado en contacto con équidos infectados han desarrollado anticuerpos, pero en ningún caso un ser humano ha contraído la enfermedad.

Al tratarse de una enfermedad infecciosa respiratoria, el contagio suele producirse a través del aire. A pesar de esto, se recomienda intensificar la limpieza ante la aparición de un nuevo brote, ya que el virus puede encontrar otros canales de contagio, como pueden ser los utensilios utilizados en la cuadra, los cepillos, los bebederos comunes o los comederos, incluso nosotros mismos, si no mantenemos unas normas de higiene, al tratar con animales enfermos podemos vehicular el virus entre los caballos. Al tener un periodo de incubación muy corto (1 a 3 días) en pocos días podemos tener una gran cantidad de afectados.

Durante los últimos meses del 2018, se ha registrado un aumento en la actividad de la influenza equina reportada en Europa. Durante el primer semestre de 2019 han aumentado considerablemente los diagnósticos positivos en la parte occidental del continente europeo.

En España, dónde la situación es endémica, es decir que la padecemos de forma habitual, también se han detectado un incremento de casos positivos confirmados por el Laboratorio Central de Veterinaria de Algete en los primeros meses del 2019.

equino_establo_higiene.pngLos síntomas más comunes y fáciles de observar de la influenza equina son la fiebre, de moderada a elevada (39,0ºC-41,1 ºC), letargo, pérdida de apetito, tos seca y ronca, respiración rápida y dificultosa, aumento de tamaño de los ganglios linfáticos mandibulares, inflamación edematosa en las extremidades, secreciones nasales que varían desde acuosa a color amarillo verdoso, secreción ocular, taquicardia o taquipnea.

¿Qué podemos hacer si nuestros caballos contraen esta enfermedad?

Por supuesto, nuestro veterinario confirmará si los síntomas se corresponden con un brote de influenza o si por el contrario estamos ante un caso de infección bacteriana con sintomatología respiratoria. Además del tratamiento farmacológico instaurado a los enfermos, se recomienda la vacunación de los animales sanos o asintomáticos en la instalación.

Los equinos afectados por la gripe equina deben ser aislados para evitar contagios. Además, hay que permitir que el animal tenga un periodo de reposo absoluto, incrementándose las medidas higiénicas, para que el caballo tenga un entorno limpio y bien ventilado e impedir el retorno al trabajo hasta unos días después de la completa desaparición de los síntomas.

MEJOR PREVENIR…

La primo vacunación de los potros y sucesivas revacunaciones anuales o semestrales en casos de aparición de brotes cercanos o exigencias de eventos y concursos, reducirá el número de animales afectados y la gravedad de los síntomas. A pesar de todo, la eficacia no es absoluta debido a la variabilidad de cepas, pero permite tener la enfermedad bajo control y evita la diseminación de la misma. La gripe o influenza equina es una enfermedad de declaración obligatoria dado que se encuentra incluida en la Lista de la OIE. Por ello ante un caso de sospecha de la misma, el veterinario lo comunicará a los servicios oficiales para que confirmen su aparición y adopten medidas de control.