Papera equina

La papera equina

Una infección altamente contagiosa y grave de los caballos y otros équidos causada por la bacteria Streptococcus equi.

¿En qué consiste esta enfermedad tan común?

Se caracteriza por la inflamación de las vías respiratorias superiores y las estructuras ganglionares de la región de la garganta del caballo, con una gran hinchazón y casi siempre, la ruptura de estos ganglios linfáticos, lo que produce grandes cantidades de pus.

Es típica la imagen del potro con la zona submandibular y la región del tránsito cérvico-facial muy inflamadas, con la consiguiente capacidad para respirar y deglutir muy dificultada.

Todos los caballos son susceptibles de padecerla, aunque es más frecuente en animales de menos de 5 años de edad y, sobre todo, en grupos de potros destetados, ya que los potros lactantes suelen estar protegidos por el calostro de la leche materna.

La transmisión puede ser por contacto con un caballo enfermo o con un animal portador y asintomático, pero también puede producirse por contacto con enseres, comederos y bebederos compartidos, incluso nosotros mismos podemos transportar en nuestros equipos el agente causal y diseminar la infección; razón por la cual, es importante extremar las medidas de higiene cuando manipulamos un animal sospechoso de padecerla. 

 

Síntomas más habituales

La incubación puede durar de tres o cuatro días hasta las dos semanas, y los animales afectados muestran signos típicos de un proceso infeccioso con síntomas respiratorios y que, en el caso de grupos numerosos, afecta a más de un animal.

Suele comenzar como un proceso leve que evoluciona con un agravamiento de los síntomas: letargo, inapetencia y fiebre de 39 º C y 39,5 ° C, pudiendo llegar a superar los 40º C; presentan además una secreción nasal que al principio es acuosa y posteriormente más densa y purulenta acompañada de tos, y la típica hinchazón dolorosa entre las mandíbulas, con inflamación de los ganglios linfáticos submandibulares.

Los caballos afectados a menudo sitúan su cabeza extendida y ligeramente levantada para aliviar el dolor de garganta y de los ganglios linfáticos.

Con la progresión de la enfermedad, se desarrollan abscesos (colecciones de pus) en los ganglios linfáticos situados entre los huesos de la mandíbula (submandibulares) y/o los que se ubican en la parte posterior de la garganta (retrofaríngeos). Estos ganglios linfáticos aumentados de tamaños son muy dolorosos al tacto.

Los abscesos en los ganglios linfáticos, una vez maduros, se abren liberando pus espesa altamente contaminada con S. equi.

El caballo se suele recuperar rápidamente una vez que los abscesos se han abierto.

Pero a pesar de ser un proceso que en la mayoría de los casos resuelve espontáneamente, es una infección grave que puede llegar a ser mortal, debido a una serie de complicaciones.

Entre las más frecuentes están la llamadas paperas “bastardas” que se producen cuando los ganglios afectados no son los mencionados, que drenan hacia el exterior, y están localizados en cavidades corporales como son los ganglios linfáticos pulmonares y abdominales. En estos casos la ruptura de los ganglios abscesados puede provocar la muerte del caballo.

Otra posible complicación en el acúmulo persistente de pus en las bolsas guturales. Estas estructuras son unas oquedades situadas en la base del cráneo. En estos casos los animales se convierten en portadores de la infección y pueden infectar al resto de animales con los que conviven.

El veterinario, según la gravedad en cada caso, determinará la necesidad o no de utilizar antibióticos para tratar esta enfermedad. Particularmente, si el proceso sigue su curso normal soy partidario de no tratar con antibióticos y permitir el desarrollo de la inmunidad natural del caballo. Podemos ayudar a la maduración de los abscesos aplicando compresas y cataplasmas calientes en la zona inflamada, de este modo se favorece la ruptura espontánea de los ganglios.

Una vez superada la infección los animales desarrollan una inmunidad duradera en la mayor parte de los casos.

Algunos consejos para mantener controlada a esta enfermedad son:

  • aplicar cuarentena a los animales recién incorporados a la explotación.
  • mantener aislados a los enfermos y sospechosos hasta semanas después de desaparecer los síntomas.
  • lavar con detergentes y desinfectantes los enseres utilizados con los enfermos: cubos, comederos, bebederos, cabezadas etc.
  • desinfección de boxes y cuadras donde se alojen animales enfermos.
  • destrucción por cremación de las camas de estas cuadras.
  • control de moscas, puestos que estas vehiculan el S. Equi eliminado en las secreciones purulentas.
  • no utilizar la misma cabezada de cuadra para manejar diferentes caballos.

EQUIMAX, para los parásitos internos del caballo

CALENDARIO EQUINO 2020

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