Al igual que nosotros, los gatos viven cada vez más: su esperanza de vida media se estima actualmente en 14 años, pero un gato puede vivir mucho más si se presta atención a su salud. Los cambios en la dieta y las revisiones veterinarias más frecuentes se hacen necesarios cuando un gato alcanza entre el 75 y el 80 por ciento de su esperanza de vida, lo que equivale a unos 10 años.
Los gatos doloridos rara vez se quejan. A diferencia de los perros, son muy buenos ocultando su dolor, por lo que sus dueños simplemente atribuyen su menor actividad física al proceso "normal" de envejecimiento. Sin embargo, aproximadamente un tercio de los gatos mayores aparentemente sanos necesitan en realidad tratamiento médico.
Ten cuidado si tienes un gato que envejece, porque su salud se vuelve frágil con el tiempo.
Comportamiento general
Los principales cambios relacionados con la edad que observan los propietarios son dificultades de locomoción (saltar o subir escaleras), así como cambios físicos (pérdida de peso, pelaje apagado, fatiga, letargo). Estos síntomas, aunque discretos, pueden deberse a que el gato esté desarrollando una enfermedad crónica.
La mitad de los gatos de más de 15 años también muestran problemas de comportamiento (disminución del interés por el juego, eliminación fuera de la caja de arena, aumento de las vocalizaciones, desorientación, actitudes agresivas, acicalamiento excesivo, etc.) no relacionados con una afección médica. A veces son atribuibles a lesiones cerebrales, responsables de lo que se denomina un síndrome de disfunción cognitiva, similar a la enfermedad de Alzheimer en humanos. Estos fenómenos se dan en el 28% de los gatos de entre 11 y 14 años.
Cambios de peso y comportamiento alimentario
Vigile de cerca la condición corporal y el peso de tu gato: mantener a tu gato en su peso óptimo es bueno para su salud y longevidad. A medida que tu gato envejece, suele perder peso porque su sistema digestivo se vuelve menos eficiente. Por tanto, es importante asegurarse de que come lo suficiente para cubrir sus necesidades energéticas. Si tu gato tiende a rechazar su comida habitual, no dudes en hablar con tu veterinario: existen alimentos para gatos senior cuya palatabilidad está especialmente diseñada para estimular el apetito incluso de los gatos más reacios. Combinar alimentos húmedos y secos cada día también puede ser una buena solución para animar a tu gato a comer, sobre todo si sufre dolor oral.
Si tu gato ha perdido más del 10% de su peso durante los últimos 6 a 12 meses (350 g para un gato de 3,5 kg), es una razón para reaccionar rápidamente. Una pérdida de peso severa puede ser señal de que una enfermedad progresa lentamente.
Compruebe también la cantidad de agua que bebe tu gato y el aspecto de la caja de arena para evaluar si ha aumentado la producción de orina o si hay cambios en el aspecto de las heces. Informa a tu veterinario de cualquier anomalía.
A medida que el gato envejece, es muy importante comprobar el estado de su dentadura, la movilidad articular, la función renal, la glucemia, la tensión arterial, etc. Las revisiones veterinarias anuales (o incluso bienales a partir de los 12 años), permiten detectar muy precozmente anomalías en los gatos senior. El diagnóstico será más fiable si el veterinario ya ha recogido resultados de análisis de sangre y orina del gato cuando era más joven: estas referencias facilitan la detección de si un parámetro está modificado.
Las afecciones más comunes observadas en gatos mayores son la enfermedad renal crónica, los cánceres (los tumores mamarios y los cánceres digestivos son los más frecuentes), el hipertiroidismo, la hipertensión sistémica, la diabetes mellitus y la osteoartritis. Todas estas afecciones no sólo pueden acortar la esperanza de vida del gato, sino que también pueden afectar a su bienestar diario. Aunque no sean rápidamente mortales, las enfermedades que progresan lentamente pueden tener graves consecuencias para el gato: el deterioro de la función renal puede ser responsable de náuseas y pérdida de apetito, la hipertensión arterial puede provocar daños oculares, un soplo cardíaco impide que el gato tenga una actividad normal, etc.
Por encima de los 10 años de edad, un gato puede mantener una excelente calidad de vida durante muchos años si sus problemas de salud se tratan a tiempo y si se le alimenta de acuerdo con sus necesidades. Cuando una enfermedad crónica se identifica precozmente, es más probable que los tratamientos médicos y nutricionales sean eficaces para evitar que el estado del gato empeore.
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