Los propietarios de gatos a menudo tienden a ignorar la osteoartritis. Es difícil imaginar que este elegante animal, con su legendaria flexibilidad, pueda sufrir de sus articulaciones, sobre todo porque los gatos suelen ser muy discretos cuando les duele algo... Sin embargo, aproximadamente el 60% de los gatos mayores de 12 años presentan lesiones de osteoartritis en al menos una articulación.
La osteoartritis (OA) es una enfermedad degenerativa que provoca el desgaste del cartílago y la inflamación de los tejidos articulares, lo que afecta enormemente a la movilidad del gato. Sin embargo, una encuesta reciente indica que el 43% de los propietarios atribuyen los cambios de comportamiento inducidos por la osteoartritis (OA) al proceso de envejecimiento "normal" de un gato, y no se dan cuenta de que detrás hay un dolor real. Como resultado, el 28% de los propietarios de gatos probablemente no llevarían a su mascota al veterinario cuando muestra signos de osteoartritis (OA).
Los gatos que viven exclusivamente dentro de casa son más propensos a la OA que los gatos que salen libremente. Un estilo de vida sedentario predispone a los gatos a la OA porque tienen menos soporte muscular para su esqueleto, y también porque son más propensos a ganar peso. Cuando los gatos tienen sobrepeso o son obesos, los propietarios notifican signos clínicos de dolor articular con el doble de frecuencia que cuando los gatos tienen una buena condición corporal.
La osteoartritis es muy dolorosa para los gatos, y esta enfermedad puede tener un efecto negativo sobre su salud física y su bienestar emocional.
Los gatos tienden a ocultar su dolor: rara vez cojean, pero su comportamiento delata el hecho de que les duelen las articulaciones. Por lo tanto, es necesario observar al gato detenidamente para darse cuenta de que "algo va mal".
Un gato con OA es menos móvil, reacio a saltar, subir escaleras o utilizar la gatera por la que antes se colaba con facilidad... A veces, el mero hecho de subir a la caja de arena resulta doloroso y el gato no la utiliza correctamente. La OA también puede provocar problemas urinarios porque el gato va a la caja de arena con menos frecuencia.
El comportamiento social del gato también se ve alterado: tiende a dormir mucho y ya no reacciona a las solicitudes de juego. También puede reaccionar de forma agresiva a las manipulaciones físicas porque teme que le hagan daño.
Como la rigidez impide que el gato se acicale correctamente, el pelaje se vuelve opaco y sucio. Cepíllelo a diario, pero con suavidad. También puede ser necesario cortarle las uñas porque a veces le crecen demasiado largas.
Si has notado algún cambio en los hábitos de tu gato, no dude en decírselo a tu veterinario para que le haga un examen clínico completo. También puedes grabar en vídeo a tu gato para mostrarle lo que le molesta.
La OA en gatos afecta principalmente a los codos y las caderas. Lo más frecuente es que las lesiones se desarrollen en ambas extremidades, lo que dificulta aún más la movilidad del gato. La columna vertebral también se ve afectada con frecuencia.
La relación entre el dolor que siente el gato y los signos radiológicos no siempre es evidente. Un gato puede parecer muy dolorido mientras que las lesiones de OA no parecen tan graves, y viceversa.
La medicación contra la OA puede proporcionar un alivio duradero al gato y ayudarle a recuperar la movilidad y el disfrute de la vida. La OA es una enfermedad progresiva, y el tratamiento da mejores resultados si se administra precozmente. En la actualidad, los efectos secundarios de estos tratamientos están bien controlados y, con un seguimiento médico regular, se puede tratar al gato a largo plazo sin ningún inconveniente.
Varios nutrientes pueden influir positivamente en la inflamación articular. Los condroprotectores (glucosamina, condroitín sulfato), y especialmente los ácidos grasos omega-3 (que se encuentran en altas concentraciones en los aceites de pescado) han demostrado ser los nutrientes más interesantes para los gatos que padecen OA.
Cuando la OA se asocia a un exceso de peso en el gato, es obviamente esencial aplicar una dieta baja en calorías para aliviar las articulaciones.
Si tu gato ha perdido movilidad, puede mejorar su calidad de vida instalando rampas o "escalones" que le impidan saltar y, al mismo tiempo, le permitan acceder a sus lugares favoritos. Los cuencos de agua y comida, así como la caja de arena, deben ser fácilmente accesibles.
La cesta del gato debe colocarse en una zona cálida y sin corrientes de aire, y debe estar bien acolchada para proteger las articulaciones.
Las técnicas de fisioterapia (masajes, movilización articular, etc.) son muy útiles para aliviar a los gatos con OA. Tu veterinario puede enseñarte a hacerlo de forma segura.
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