Rinoneumonitis equina

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La rinoneumonitis es una enfermedad vírica que padecen los caballos y que si atendemos a la etimología de su denominación puede hacernos pensar que afecte a vías respiratorias exclusivamente cuando en realidad no es así. 

La amplia distribución del virus que la produce y la altísima incidencia provocada por el rápido y fácil contagio entre los caballos, hacen que la rinoneumonitis sea una enfermedad de riesgo que provoca serios problemas de salud, así como pérdidas económicas importantes. No solo por el efecto directo sobre la salud del caballo sino también por las “tormentas” de abortos que se pueden presentar en las yeguadas.

Los virus que desencadenan la Rinoneumonitis son los denominados Herpesvirus equinos (EHV), de los cuales los tipos 1 y 4 son los causantes de esta enfermedad. El EHV-4 está asociado con patologías respiratorias mientras que el EHV-1 afecta de forma más amplia pudiendo provocar enfermedad respiratoria, abortos, debilidad y muerte de potritos recién nacidos y enfermedad neurológica.

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Se trata de un virus muy contagioso entre los caballos y se transmite a través de las vías respiratorias por contacto con secreciones de animales enfermos o portadores.

En las yeguadas, las hembras se infectan a partir de placentas y excreciones de los potritos infectados.  Una vez en el interior del caballo, el EHV4 va a permanecer en las vías respiratorias del animal donde se asentará produciendo la enfermedad respiratoria.  Pero si la infección la produce el EHV-1, se va a propagar debido a su capacidad de invasión, por otros órganos, lo que dará lugar a la presentación de abortos, potritos muy débiles con muerte perinatal y patología neurológica.

Los síntomas derivados de la infección por Herpes virus equinos van a depender del órgano donde se localice la acción patógena del virus. En el caso de afección respiratoria se presentará inicialmente un episodio febril, con descarga nasal de mucosidad, tos, pérdida de apetito e inflamación ganglionar regional. En el caso de yeguas preñadas, la infección por EHV1 va a provocar abortos generalmente entre el 7º y 11º mes y si se trata de yeguadas o núcleos de varias hembras, estos abortos afectarán a varias de las yeguas preñadas. En caso de infección tardía de estas hembras gestantes, los potros que llegan a nacer lo hacen con un evidente estado de debilidad e incapacidad de mamar y mantenerse en pie, todo ello asociado a problemas respiratorios severos. En estos casos el pronóstico es muy malo y la mortalidad alcanza a la mayoría de los potritos afectados.

La sintomatología nerviosa asociada a la infección por Herpes virus equino tipo 1 aparece de modo repentino, generalmente después de 6-10 días de un proceso febril o episodio de enfermedad respiratoria y aumentan de intensidad durante las primeras horas. Generalmente presentan ligera incoordinación que puede evolucionar a ataxia de las extremidades posteriores e imposibilidad de poder levantarse, incapacidad para contener la orina con eliminación continua de pequeñas cantidades, retención fecal por incapacidad de realizar esfuerzo para eliminar heces y en algunos casos se pueden afectar pares nerviosos craneales.

Enfermedad de Declaración Obligatoria

La rinoneumonitis es una enfermedad considerada de Declaración Obligatoria, esto supone que ante la sospecha de síntomas compatibles con la enfermedad debéis aislar al caballo y al resto de animales que hayan mantenido contacto y comunicarlo a vuestro veterinario para además de proporcionar los cuidados necesarios, se active el protocolo de actuación ante sospecha de un foco, comunicándolo a los Servicio Veterinarios Oficiales de la Comunidad Autónoma.

Muchos de vosotros ya sabéis que existen vacunas contra esta enfermedad y que su uso  está  muy extendido.  Siendo enormemente recomendable su aplicación. La inmunidad proporcionada por la vacuna es potente pero no es muy duradera, por eso vuestro veterinario os informará cual es el mejor modo de establecer un plan vacunal adecuado a cada caso.

La vacunación no va a impedir que la enfermedad aparezca en nuestra cuadra y se contagie entre los caballos alojados, pero si va a suponer una disminución importante de la gravedad de la enfermedad y del periodo de convalecencia.

Ya lo dice el refrán: "Más vale prevenir…"