2018/10/24 - Mundo canino
Los casi 8 millones de perros en nuestro país son considerados por sus propietarios como un miembro más de la familia. Por eso, cuando no se portan como deberían, sus dueños pueden sentirse incómodos.
En general, el comportamiento de los perros se ve influenciado por las hormonas, siendo la testosterona la que condiciona en mayor medida el carácter del perro macho. Por ello, vamos a exponer cuáles son los comportamientos más típicos en los que participa esta hormona, y qué inconvenientes puede tener en el día a día junto a nuestro mejor amigo.
A CADA PROBLEMA ¡SU SOLUCIÓN!
Mi perro hace pipí por todas partes
El marcaje urinario de los perros machos es un comportamiento natural que les sirve para definir su territorio. De esta manera, el perro informa a sus congéneres de que ha pasado por allí y de que «reivindica la propiedad» de un lugar determinado.
Aunque este comportamiento es totalmente normal y necesario en el entorno social del perro, en algunas ocasiones no es percibido de igual manera por parte de los humanos, y se tacha al perro de “sucio”. Si nuestro perro orina en casa, lo primero es diferenciar el marcaje de cualquier otro motivo, y para ello es fundamental preguntar a nuestro veterinario, de tal manera que descarte patologías como una incontinencia urinaria o infección.
Mi perro se fuga: ¿cuál es la solución?
El 24 % de los propietarios han perdido alguna vez a su animal. Un perro que se fuga todo el tiempo es, sin duda, una causa de desasosiego para cualquier propietario, especialmente por las consecuencias graves que puede acarrear la escapada: accidente en la carretera, peleas con otros perros, pérdida o robo del animal, riesgo de enfermedades infecciosas...
Si estas huidas se vuelven repetitivas y sospechamos que la testosterona tiene algo que ver en ellas, debemos acudir a nuestro veterinario y que él nos asesore sobre las medidas a tomar para solucionar este problema.
Comportamiento sexual del perro: un posible origen hormonal
Que un perro se frote contra nuestra pierna, contra los cojines, o intente montar a otro perro, es percibido como una conducta puramente sexual para gran parte de los humanos, pero no siempre es así. “Mi perro está castrado y sigue montando” o “yo tengo una hembra y también monta” son frases que se pueden escuchar frecuentemente por parte de propietarios de perros.
Al no estar siempre relacionado este comportamiento con la testosterona, también podemos observarlo en perros castrados o en hembras, y si sucede, debemos fijarnos en el contexto, ya que la monta se puede producir durante el juego, o en momentos de excitación o ansiedad, siendo la “válvula de escape” de nuestros perros ante situaciones que no saben gestionar y que les producen estrés.
Mi perro se pelea: un comportamiento «viril», pero molesto
Como último comportamiento más común del perro macho, encontramos los «encontronazos» con otros perros. Aunque los conflictos entre perros pueden venir derivados de multitud de factores que nada tienen que ver con el sexo, en el caso de los machos la testosterona puede propiciar también ese extra de «brusquedad» a la hora de relacionarse con sus congéneres: ladridos, tendencia a la agresividad,...
Como hemos comentado en otros puntos, valorar cada caso según su contexto, el ambiente del perro, su personalidad, etc es imprescindible para intentar corregir el comportamiento, y si queremos determinar si viene desencadenado por una cuestión hormonal, nuestro veterinario es quien mejor nos puede ayudar. ¡No dudes en preguntarle!
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